Todo visitante a Estambul enloquece con sus encantos: historia, arquitectura, contrastes, y como no, sus admirables puestas de sol sobre el Río Bósforo. Y es que la gran vida de Estambul es aportada por el Estrecho del Bósforo, importante ruta comercial entre el Mediterráneo y el Mar Negro, con la particularidad de estar asentada sobre dos continentes, Europa y Asia, a un lado y al otro del estrecho.
En el lado Europeo, encontramos el Cuerno de Oro, lengua de mar que se adentra más de 7 km en la ciudad. Puerto natural, con viejos barrios a sus riveras que conservan todo el encanto de la fundación de la antigua Bizancio.